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La acuicultura de España es una de las más ricas y productivas del mundo. Y es que no es frecuente que se puedan reunir entornos como las costas valenciana, andaluza o murciana, el mar gallego o los ríos de Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón o Castilla-León.

Comprar alimentos procedentes de esta acuicultura es además una excelente forma de contribuir a la conservación de ríos y mares, lo que ayuda a que se haga un uso responsable de los recursos naturales.

Al tratarse de especies criadas en aguas españolas también está asegurado que el pescado va directamente del agua a la mesa en 24 horas como máximo, con toda su frescura intacta.

Acuicultura en España

Son muchas las características que hacen que la acuicultura española sea una de las mejores del mundo. Veamos cuáles son las principales:

Ventajas: clima, ubicación

No hay duda de que el tiempo y el clima son determinantes para esta actividad. España, un país con una enorme tradición pesquera y de cultura del consumo, cuenta con una privilegiada ubicación que la hace perfecta para la acuicultura continental.

Y es que aquí tenemos una enorme disponibilidad de recursos hídricos, así como una gran variedad de climas y orografía. Esto además hace que en España el consumidor esté habituado a consumir especies muy diversas.

Recursos: agua, especies

Algo que llama mucho la atención de España son sus más de 8000 kilómetros de costa; es el motivo por el que la gran mayoría de la cosecha obtenida con estas técnicas proviene del mar.

Pero hay más: también está esa parte del cultivo que se lleva a cabo en agua dulce (la acuicultura en ríos). Se conoce como acuicultura continental, ya que su desarrollo se produce lejos de la costa con el objetivo de criar aquellas especies que no viven en agua salada.

Gracias a las diferentes zonas propicias para la acuicultura con las que cuenta España en el ámbito continental y en el marino son múltiples los sistemas de cría que han podido desarrollarse.

En España se crían una gran cantidad de especies de peces equinodermos, continentales y crustáceos para repoblación. También hay muchísimas especies de peces marinos (más de 50). Estas son algunas de las principales:

Producción: técnicas, calidad

Si bien hay varias formas de clasificar la acuicultura en función de sus métodos, se puede decir que los diferentes tipos de cría dependen fundamentalmente de la técnica que se utiliza. Aunque, por supuesto, hay otros factores a tener en cuenta.

Estos son algunos de los principales:

Marina o continental

  • Acuicultura continental: la que se lleva a cabo en agua marina (en la costa o en el mar).
  • Acuicultura acuática: cuando la acuicultura se realiza en agua dulce y tierra adentro.

Extensiva o intensiva

  • Intensiva: ha tenido una gran difusión en los últimos tiempos y para ella apenas es necesaria la intervención humana. Se realiza en el mar y echa mano de espacios acotados por diferentes clases de barreras o de jaulas. En España es habitual usarla para criar lubinas o doradas.
  • Extensiva: suele hacerse en lagunas costeras. Los peces se valen de lo que hay en el ambiente para nutrirse. En este caso sí que hay una gran implicación humana, ya que el pescador es el encargado tanto de pescar como de controlar la calidad del agua y de inseminar a los ejemplares jóvenes.

En función de su finalidad

Lo habitual es que el destino del producto obtenido a través de acuicultura sea servir de alimento a las personas. No obstante, también cabe la posibilidad de que se utilicen ciertas especies acuáticas para cosas como productos cosméticos, productos farmacéuticos o biocombustibles.

Según el producto cultivado

Evidentemente, una de las maneras más sencillas de clasificación es la que se centra en la especie que se ha cultivado. En España se pueden encontrar diversos tipos. Los moluscos, peces, crustáceos o algas son los más habituales.

Reglamentos: leyes, inspecciones

La acuicultura garantiza la seguridad alimentaria. Y es que, entre otras cosas, la legislación con respecto a esto es realmente estricta y minuciosa. Esta normativa es aplicada desde la fase de cultivo inicial hasta que el producto llega a la mesa del consumidor.

Las revisiones también son constantes con el objetivo de asegurarse de que no haya ni el más mínimo problema.

Todo está sometido a los más altos controles de calidad. Gracias al seguimiento de la cría se puede conocer tanto la procedencia como la alimentación sin que haya lugar a dudas, evitando de ese modo muchos problemas.

Además, en la página web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cualquiera puede acceder a diferentes certificados de gestión e inspección pesquera, así como a la protección de recursos pesqueros y otra información relacionada.

Vamos a tratar de dar respuesta a algunas de las preocupaciones más frecuentes:

  • Anisakis: la alimentación del pescado de acuicultura es controlada de manera minuciosa, por lo que está totalmente asegurado que está 100 % libre de anisakis.
  • Hormonas: el uso de hormonas está totalmente prohibido.
  • Microplásticos: la presencia de microplásticos es casi nula.
  • Mercurio: en las especies de acuicultura de España el mercurio está por debajo de los 0,3 mg/kg (bajísimo). Esto evidentemente se traduce en seguridad alimentaria.

Beneficios: economía, sustentabilidad

Estos son algunos de los principales beneficios de la acuicultura:

  • La frescura está asegurada, ya que su proximidad hasta el punto de venta es tal que llega a la mesa del consumidor en un máximo de 24 horas. Para comprobarlo, basta con fijarse en la etiqueta que va con cada ejemplar.
  • Contribuye enormemente tanto al equilibrio natural como a la sostenibilidad. Y es que si se redujera la acuicultura también se perdería un enorme porcentaje del consumo de alimentos marinos sanos.
  • La acuicultura genera mucho empleo, tanto de forma directa como de manera indirecta.
  • Es un sector fundamental para la salvación de ciertas especies de moluscos y peces de agua salada.
  • Gracias a la acuicultura hay un control sobre el pescado destinado a consumo, ya que, entre otras cosas, está continuamente sometido a exigentes controles de calidad.
  • Es una gran fuente de riqueza. Solo hay que echar un vistazo a las cifras para comprobar que estas no hacen sino crecer cada año.
  • Ofrece soluciones eficaces ante problemas sociales como el de la necesidad de cubrir las necesidades alimentarias para la población global que, según las previsiones, habrá experimentado un gran crecimiento en 2050.

Conclusión 

No hay duda de que apostar por la acuicultura de España es hacerlo por una excelente forma de generar riqueza y empleo aprovechando al máximo y de la mejor manera los recursos naturales del país. Con estas prácticas se contribuye al equilibrio natural y a la sostenibilidad.

Además, hay grandes ventajas para el consumidor, que obtiene un alimento que, aparte de delicioso, también es saludable y está libre de problemas como el anisakis.